viernes, marzo 30, 2007

El Devastador Efecto Wall-Mart

Hace poco me leí "The Wall-Mart Effect" de Charles Fishman. Aunque sea un libro que gire en torno a una empresa, y no incluya mucha reflexión más allá de una ácida investigación, me ha hecho reflexionar en torno a la estabilidad del capitalismo, asi como en torno a la necesidad de educar al consumidor.

Wall-Mart es desde hace más de una década la distribuidora comercial más grande de EE.UU. Teniendo como premisa principal ofrecer el precio más bajo posible al cliente, ha ido arañando cuota de mercado a todos los demás distribuidores, forzándoles a fusionarse entre ellos y en muchos casos incluso a cerrar. Su fundador, Sam Walton, opiniaba que con la búsqueda continua de la eficiencia, lograba ofrecer el producto más barato que en ningún otro sitio, y eso repercutía positivamente en el consumidor. En más, esta última proposición la trasladaba al ciudadano, sintiendose orgulloso por el bien que Wall-Mart había hecho a todos los ciudadanos americanos permitiéndoles consumir con unos precios más reducidos. Pues bien, tras unos cuantos años, ¿qué es lo que ha pasado?, ¿qué nos muestra la evidencia empírica? Principalmente, en cuanto al consumidor, se ha podido observar que éste ha seguido gastando igual o más que antes de que tuviera a su disposición un Wall-Mart en su localidad. Esto ocurría debido a que las ofertas de Wall-Mart eran tan irresistibles (a menudo ofrecidas en cantidades extraordinarias) que los consumidores acababan comprando por impulso.
Por tanto, al comprar por impulso, el consumidor compraba cosas innecesarias, de las que se desprendería o dejaría aparcadas hasta que alcanzaran la fecha de caducidad. La cosa ya no es tan bonita como Sam Walton pensaba, ya que el consumidor no se está ahorrando tanto. Para los negocios cercanos o paralelos, competir contra Wall-Mart era casi una misión perdida y les forzaba muchas veces al cierre de negocio. Por otra parte, para conseguir un precio tan bajo, Wall-Mart tenía que pagar unos salarios muy bajos a sus empleados, haciéndoles trabajar horas extras no pagadas. No solo eso, sino que provocaba que todos los proveedores, para satisfacer el precio minimo de Wall-Mart, se vieran obligados a reducir costes de forma salvaje; las consecuencias: despidos, offshoring, reducción de la innovación y el desarrollo, etc. La empresa con más trabajadores del mundo, la más grande, estaba haciendo que todos los miles de proveedores que comerciaban en torno a ella sufrieran un constante estrangulamiento (hasta Levi\'s se vio obligada a renunciar al diseño y la calidad para ofrecer unos tejanos al precio que Wall-Mart exigia para sus clientes, 20$). Sin extenderme más este ejemplo, ya se puede ver como cuando se intenta satisfacer al individualismo, el individuo queda sacudido. Con un consumidor egoísta, que compra para acumular, sólo pensando en el precio y nunca en las consecuencias de sus acciones...llegamos a situaciones como la narrada: Productos con cada vez menos valor añadido, trabajadores en peores condiciones, proveedores subcontratando (el 10% de las importaciones de EEUU a China las hace Wall-Mart) y en definitiva, situaciones poco éticas que no nos llevan a un mejor bienestar ni individual, ni mucho menos colectivo.